Los cortes de energía eléctrica son una constante en el municipio Libertador desde hace mucho tiempo. Los apagones en las comunidades llegan a tener una duración de hasta 6 horas, y en algunas pueden llegar a presentar varios cortes cada día. A pesar del cambio de autoridades que dirigen Corpoelec, no ha habido una respuesta o comunicación hacia los emeritenses que les informe el estatus de los trabajos en pro de mejorar el servicio. Este hecho genera desconfianza de los ciudadanos hacia las instituciones públicas, que se ve reflejada en los bajos porcentajes de la cultura de pago de los servicios públicos.
En esta misma línea de los servicios públicos, otro de los más cuestionados es el suministro de gas doméstico en las comunidades, cuya gravedad incide de manera directa en la alimentación de la población, sobre todo de niños, niñas, y personas de la tercera edad. Ante esta situación deficitaria del gas, la electricidad es el apoyo para la preparación de alimentos, a través del uso de electrodomésticos como arroceras, hornos, y resistencias que por cierto, se han convertido en un artículo de primera necesidad, y que son construidas de manera artesanal con cables y restos de cabilla, por tanto cuando no hay electricidad ni gas, se ve muy comprometida la preparación de los alimentos, lo que ha obligado a resolver de manera inmediata con alimentos que en su mayoría no hacen el debido aporte nutricional a las familias del municipio.
De hecho, es notorio como en las calles de la ciudad a pesar de la pandemia se han multiplicado los puestos de comida rápida, como perros calientes y hamburguesas, donde se puede comprar dos por un dólar y una bebida; en estos sitios se desconoce la manipulación de los alimentos, y se observan las características de las zonas cercanas (presencia de desechos) y en este contexto de pandemia, se ven personas sin usar tapabocas mientras esperan su comida.
Otro aspecto a mencionar, es la tala de los árboles, pues, otra manera de solventar es cocinar con leña los alimentos, pero esto implica la deforestación de espacios vitales para la entidad, además las graves implicaciones de la salud, generando afecciones respiratorias, riesgos de quemaduras, entre otros.
Desde el Observatorio Ciudadano La Gente Propone en Mérida, una iniciativa del Grupo Social Cesap e impulsada por Uniandes A.C, se hace el llamado para que las autoridades, informen a la ciudadanía sobre el estatus de las labores en pro de las mejoras de los servicios antes mencionados y a los emeritenses a seguir visibilizando la problemática, con herramientas que generen consciencia, pues el municipio es nuestro espacio de convivencia permanente.
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